las fuerzas del mundo
Ser conscientes de que el mundo se
encarga de contradecirnos es un signo de cordura. No me atrevo, y
cada vez menos, a interpretar la actualidad desde un punto de vista
teórico --los puntos de inflexión son desconcertantes. Puedo
expresar sentimientos, atacar o defenderme, pero no me resulta nada
fácil intentar categorizar los términos de lo que pasa. Hoy en EL
PAIS ponen el típico reportaje sobre aquellos a los que más ha
afectado la crisis, gente que ha de asistir a comedores sociales para
no pasar hambre o que duermen en la calle. Maldecir a mercados y
banqueros, o enfadarse con los políticos; los llamados a la
identificación del enemigo (en una renacida vía schmitiana), la
agrupación de fuerzas, Bruselas, las deudas y sus responsables... todo
ello me supera. A veces pienso que mi empecinamiento con las teorías que aquí traigo
es un intento de construir un refugio protector ante la desazón que
supone la incapacidad ante lo concreto. Una incapacidad para
entenderlo apropiadamente y para actuar. Es algo que comparto con
mucha gente que no reacciona porque no sabemos qué hacer. Lo más
contradictorio de todo esto que vivimos es la cantidad de recursos ociosos que
hay y la necesidad que estamos pasando, con la consiguiente frustración. Una sociedad tan
especializada y tan interdependiente como la contemporánea colapsa
cuando aquello que constituye su intermediación (los medios de pago)
sufre una repentina disminución.
Como complemento a la desazón que me
acompaña últimamente os dejo unos enlaces que considero
interesantes. tienen que ver con una polémica surgida en torno a la
relación del empleador y el empleado en una de las páginas
libertarias a las que estoy suscrito. Ya he traído algún enlace de
ellos en el pasado a propósito de una conferencia en la que
participaba Deirdre McCloskey. La página es
<http://bleedingheartlibertarians.com/>, constituída por un
grupo de libertarios hace poco más de una año y que se desmarca de
otros lugares libertarios en la red, de otro tipo de instituciones
que como The Cato Institute se ha demostrado defienden un tipo
especialmente sesgado de libertarianismo. Después de 'The
Cato affair' la iniciativa de BHL ha ganado en peso y
contribuciones de autores muy diversos, cobrando un nuevo sentido al
demostrarse la impostura ajena. Se definen como "Bleeding Heart
Libertarians is a blog about free markets and social justice".
Aquí
una descripción del proyecto.
Recientemente se ha abierto un
interesante debate sobre las relaciones laborales y el ejercicio del
poder. Uno de lo agentes más activos en el mismo ha sido Chris
Bertram, que publica habitualmente en Crooked Timber (otro sitio
interesante al que también estoy suscrito). En principio creo que se
originó debido unos comentarios de Chris en BHL y que posteriormente
escribió el post en Crooked Timber como respuesta extensa al debate
que se había generado en las propias páginas de BHL. Y el debate
saltó a la red hasta el punto que Tyler Cowen y Matt Yglesias (dos
estrellas del bloggin económico) también se han posicionado.
Aquí
un resumen sobre la polémica.
Aquí
post de Chris Bertram (de la página Crooked Timber) en donde explica
cómo:
"That is what we are about to
argue, but it is based on months of discussion with the Bleeding
Hearts. The conversation was kicked off by the critique one of
us—Corey Robin—offered of libertarian Julian Sanchez’s
presignation letter to Cato, in which Sanchez inadvertently revealed
the reality of workplace coercion. Jessica Flanigan, a Bleeding
Heart, responded twice to Robin. Then one of us—Chris
Bertram—responded to Flanigan. Since then, the Bleeding Hearts have
offered a series of responses to Chris and Corey."
Aquí
el post original de Peter Dorman.
Aquí
el posicionamiento de Tyler Cowen.
Otra cosa que me apetece pero que
todavía no he podido leer es una entrada de John Protevi
(especialista en Deleuze) sobre Elinor
Ostrom y la acción colectiva en donde también habla de Gintis
(la tercera pata del G³
que no llegué a componer), de Bowles y de Fehr; autores que he
trabajado bastante en el pasado por lo que se me cae la baba con ver
qué tiene John que decir.
El motivo de que me cueste tanto
centrarme en este tipo de cosas, de que la realidad concreta me
resulte incomprensible, y de que me cueste también juntar unas pocas
letras no sé hasta que punto lo tendrá Moishe Postone y su 'Tiempo,
trabajo y dominación social'. Ya he avanzado bastante en su lectura
pese a que todavía me falta el trabajo de análisis más concreto
del texto (normalmente cuando leo marco los párrafos que me parecen
interesantes para después estudiarlos más en detalle). El caso es
que hay una parte del libro que es una auténtica travesía por el
desierto; no me molesta que sea tan abstracto, hay algunas cosas que
entiendo (creo) y otras que se me escapan, lo que lo hace tan
insufrible es la repetición constante de las mismas fórmulas,
parece que está continuamente explicando lo mismo, definiendo de
nuevo una misma cosa con fórmulas variadas. Y sin un sólo ejemplo
concreto.
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