G^3 (intro)
Se dice que una decisión
es racional cuando existen razones para la toma de esa decisión y
coherencia entre esas razones y las medidas tendentes al logro del
objetivo que se pretende. En Arrow
(1986) (pdf) "Rationality of Self and Others in an Economic
System" se nos ofrece un excelente repaso de las distintas
posturas en torno al tema de la racionalidad en economía así como
de su evolución a lo largo del tiempo. En ese artículo estudia los
distintos conceptos de racionalidad que empleados por la teoría
económica: Define la teoría de la racionalidad como el estudio de
los procesos de elección haciendo hincapié en que no se trata de
una propiedad del solo individuo, tal como se presenta de forma
habitual. Enfatiza también la dependencia de ciertas condiciones
asumidas por la teoría para que los resultados ideales que se
suponen bajo la acción de la toma de decisiones racionales se dé,
siendo cierto lo contrario en la realidad, dado que cuando alguna de
esas condiciones no se cumple totalmente se frustran aquellos
resultados llegando a ser contradictorios con los descritos con la
teoría. También hay que tener en cuenta que la racionalidad es
limitada (por la limitada capacidad de cálculo). Además es
necesaria la existencia de información muchas veces imposible de
conseguir como la existencia de precios futuros o la contingencia
derivada de tratar con mercados incompletos. La dificultad de tratar
con este tipo de contingencias estriba en que hacen muchas veces
imposible la definición de algún tipo de equilibrio (análisis de
las principales fuerzas de mercado para describir los resultados a
los que conducen). Existen otros principios a los que es posible
acudir para definir la toma de decisiones, como el recurso al hábito,
que no requieren de procesos maximizadores sino el intento de
realizar los mínimos cambios posibles.
La macroeconomía en sus
diversas corrientes acude a supuestos en donde se definen distintas
formas o grados de racionalidad; las teorías de expectativas
racionales la asumen plenamente mientras que otras más próximas al
keynesianismo se apartan parcialmente de ella considerando rigideces
en la adaptación a los cambios en precios y salarios, por ejemplo.
Existen otras teorías macro que se aproximan más al supuesto de
racionalidad como aquella que tienen en cuenta el ciclo vital de las
personas mediante la construcción de conceptos como el de renta
permanente; hacen así entrar en juego elementos de racionalidad en
la conducta de los agentes.
Arrow
señala también como las teorías monetaristas son objeto de las
críticas de los defensores de la racionalidad como fenómeno
omnímodo. (En concreto remite a Friedman
y a Tobin
como ejemplos de proponentes de algunas de esas teorías, que usan el
concepto de racionalidad más como un comodín que como una parte
esencial de sus teorías). Defiende también que este fenómeno, en
donde se asume racionalidad pero para el desarrollo del modelo deben
ser asumidos presupuestos que adapten la conducta de los agentes a
situaciones concretas, y que son los que realmente los hacen
funcionar, puede ser extendido a muchos otros modelos de los que
manejamos en la actualidad en Economía Aplicada.
La fragilidad de la
racionalidad de los resultados económicos depende de forma decisiva
no sólo de la competencia pura sino también perfecta, nos señala
Arrow. Esto es, no sólo es necesario que los mercados estén
completamente desregulados
La economía se ha valido
de la parsimonia
metodológica debido a la necesidad de simplificar con el objeto
de establecer un marco normativo. Existen además los que defienden
como el trabajo seminal de Alchian
(1950) que existen fuerzas en el mercado que hacen que nos
acerquemos a esos resultados óptimos.
refiriéndose a los
clásicos (remitiendo Arrow a Smtih y Ricardo para ejemplificar)
existían una serie de supuestos que se tomaban como implícitos
respecto de la conducta de los agentes económicos: es preferible
tener más que menos, minimizar los costes, orientarse hacia procesos
más productivos... pero la formulación explícita del concepto de
maximización no tiene lugar hasta la década de 1880. No existía un
definición explicita de racionalidad como conducta propia de los
consumidores, ni siquiera el hecho de que la demanda depende del
precio de todos los bienes y de la restricción presupuestaria
aparece hasta Mill
y Cournot.
Es sólo con la revolución
marginalista que se entiende que el consumidor maximiza su
utilidad haciendo así posible la formulación de una teoría de
equilibrio de mercado. El desarrollo de la teoría de la utilidad
posteriormente comprende según Arrow que (1) la racionalidad es una
propiedad ordinal (permite establecer ordenaciones lógicas entre
alternativas); también que (2) la racionalidad tiene implicaciones
observables limitadas (las relaciones
de slutsky) siempre que no se asuman propiedades adicionales y
por ultimo que (3) de forma agregada la hipótesis de conducta
racional no tiene implicaciones a mayores: para cualquier conjunto de
funciones de exceso de demanda agregadas existe una elección de
mapas de preferencia y de dotaciones iniciales, para cada individuo
en la economía, cuya maximización implica a las funciones de exceso
de demanda agregada dadas. Así, y este añadido es mio, la teoría
"neoclasica" de la racionalidad asume que la conducta
individual es racional (maximizadora) y que en determinadas
condiciones -que serían las que caracterizarían la optimalidad de
los procesos sociales- los resultados de la conducta agregada de los
individuos son también racionales (en el sentido de que maximizan).
Pero tanto la
caracterización de la conducta individual como su caracterización
social, señala Arrow, son contradictorias con la realidad dado que
(2) y (3) están en contradicción con la investigación empírica.
Señala Arrow que los lugares en donde estas contradicciones son mas
pronunciadas apuntan fundamentalmente a lo que sucede con la conducta
de los individuos en los mercados de oferta de trabajo y los
resultados de los modelos de macreoeconomía neoclásica o de
expectativas racionales. En estos modelos sólo es posible obtener
resultados óptimos mediante fuertes supuestos adicionales sobre el
modelo general de racionalidad. todos los individuos tienen la misma
función de utilidad y existen problemas con la formación de capital
humano: ¿por qué no realizan todos la misma elección en cuanto a
capital humano?
Después introduce el
tema del conocimiento y la racionalidad que ha comenzado a ser
estudiado de forma sistemática sólo a partir de los años 50. de
como es imposible que conozcamos todos los aspectos del conjunto de
precios que han de ser tenidos en cuenta y de la teoría smithiana de
la mano invisible, cuyo concurso permite que individuos carentes de
un conocimiento completo de lo que pasa en la economía, mediante la
institución del mercado, se coordinen en beneficio los unos de los
otros. Bajo condiciones de concentración de poder de mercado esto
deja de ser así dado que el ejercicio de ese poder requiere el
conocimiento de la forma de la curva de demanda (Cournot) lo cual es
imposible (Nota mental: el conocimiento de las subjetividades ajenas
en momentos temporales futuros: ya es difícil conocerse a uno mismo.
En este sentido es curioso el capitalismo, para el lo importante ya
no es conocerse a uno mismo sino conocer la subjetividad ajena, ahora
con Stiegler
lo que está llegando a ser importante es conocernos como grupo que
interacciona, como comunidad).
Pero existe otro hueco
que no es susceptible de ser abordado: un sistema de precios de
equilibrio precisa que sean conocidos los precios de los periodos
futuros, y no es posible crear mercados para eventos que se han
producido. Son huecos que han de ser ocupados por algún tipo de
conjetura.
A este respecto existen
distintos tipos de posturas que dividen a los economistas sobre la
posibilidad y el grado en el que los agentes son capaces de realizar
conjeturas razonables, así como las estructuras institucionales y
las políticas que facilitan o impiden esa razonabilidad.
Una de ellas es la teoría
de expectativas
racionales, otra la
postura de los austriacos, los
ecologistas radicales (miedito), los de ecología
económica y sostenibilidad, los postkeynesianos
se posicionan dependiendo, etc. Es en este punto en donde encuentra
su ensilladura la importancia que tiene la construcción de una
teoría realista que tenga en cuenta la forma en que se relacionan la
racionalidad, el conocimiento, las creencias, las prácticas
sociales, las instituciones y un largo etcétera. Herbert Simon 56
(Rational
Choice and the Structure of the Environment) (pdf) dice que su objeto
de estudio es la racionalidad y la estructura del entorno, resumiendo
perfectamente todo aquello que nos preocupa.
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